Ante la problemática suscitada en
el Museo Ramón Gaya, extensible al resto de museos y centros de visitantes
adscritos a la Concejalía de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Murcia, un
grupo de trabajadores quiere visibilizar la realidad de su situación laboral
El
pasado 29 de diciembre, un grupo de trabajadores de diferentes museos, espacios
expositivos y centros de visitantes adscritos a la Concejalía de Cultura y
Turismo del Ayuntamiento de Murcia nos reunimos para planificar una respuesta conjunta ante la inminente
problemática que se va a generar durante este año 2017, con motivo del fin de los contratos que ligan a nuestras
empresas privadas con nuestros centros públicos de trabajo. Se trata de una
situación originada a mediados de los años 90, cuando se optó por la externalización de servicios mediante
concurso para dotar de personal a los nuevos espacios culturales y turísticos del
municipio. Con ello se ha dado lugar a una gran bola de nieve en la que hemos ido encadenando contratos con
diferentes empresas sin terminar de resolver cuál es nuestra relación con el Ayuntamiento, sin consolidar nuestros puestos con un mínimo de estabilidad y calidad en
el empleo y colocándonos en precario respecto a nuestros derechos laborales
ante la Seguridad Social.
El
calendario ha querido que el primer
conflicto en saltar a la opinión pública haya sido el del museo Ramón Gaya,
y hasta tal punto llega el galimatías
jurídico-administrativo, que se ha
puesto en peligro su apertura. De todo ello los principales perjudicados no
serán solamente los trabajadores, sino toda
la sociedad.
La
primera acción que hemos llevado a cabo ha sido recabar información sobre
nuestro propio colectivo, ya que, aunque nos une el mismo marco general, queríamos
resaltar tanto las coincidencias como las particularidades de nuestra
situación. De este modo, hemos elaborado un cuestionario en el que han
participado trabajadores del Museo de la
Ciudad, Museo de la Ciencia y el Agua, Museo de los Molinos del Río, Centro
Puertas de Castilla y los centros de visitantes de Monteagudo y de la
Muralla de Murcia.
De
entrada, destacamos que todos somos
titulados universitarios con estudios en Historia del Arte, Historia, Turismo o Ciencias Ambientales, dependiendo del carácter de nuestro centro de
trabajo; además, el 31% poseemos dos o
más carreras universitarias, entre las que se encuentran Documentación, Periodismo, Filología
Inglesa, Relaciones Públicas y Comunicación, Magisterio, Geografía y Arqueología. El 54% poseemos un Máster, un 40% tenemos la habilitación
como Guía Oficial de Turismo y un
18% hemos completado estudios de Doctorado.
La mayoría de trabajadores dominamos el Inglés
y el 30% sumamos un segundo idioma,
como Francés, Ruso o Árabe. Todos llevamos a cabo cursos de perfeccionamiento y
reciclaje en diversas materias, bien por cuenta propia como a través de
nuestras empresas.
Entre
las labores que desempeñamos de manera más usual se encuentran: control de sala
y accesos; atención telefónica; información turística; visitas guiadas; asistencia
técnica en eventos –a veces fuera de horario de apertura o en fines de semana-;
diseño y realización de talleres divulgativos para todas las edades; acciones
de comunicación y publicidad como gestión de redes sociales y de páginas Web;
gestión de documentación y biblioteca; administración; diseño, montaje y
asistencia técnica de exposiciones; y labores de supervisión y mantenimiento de
instalaciones; entre estas últimas, en algunos centros el personal también lleva a cabo labores de limpieza.
En el trabajo diario nuestra relación suele ser directa con el personal
funcionario de nuestros lugares de trabajo, mientras que en otras ocasiones la
relación es con nuestras empresas o con ambos. Del mismo modo, mucha de la
información que manejamos se genera y se transmite a tres bandas: trabajador,
empresa y Administración.
Los
trabajadores estamos contratados por
empresas que obtuvieron el servicio de personal durante un plazo determinado y
mediante concurso, aunque también existe el caso de trabajadores autónomos que en teoría deberían prestar un servicio esporádico, pero que en la
práctica mantienen una relación laboral
con sus centros de trabajo. En cuanto al tiempo que lleva cada trabajador en su
puesto, el 41% lo estamos entre uno y 5 años; el 22,7% entre 5 y 10 años; y
otro 22,7% más de 10 años. En cuanto a los años que llevamos prestando servicio
para nuestras actuales empresas, la mitad está de uno a 5 años y la otra mitad
de 5 a 10 años. Desde que se inició este tipo de dotación de personal a los
museos y centros de visitantes del municipio de Murcia, y aunque no existe por parte de las empresas la
obligación de subrogar a los trabajadores, algunos hemos logrado seguir en nuestros puestos de trabajo
mientras que otros nos hemos visto
forzados a salir, a buscar empleo en otras empresas para otros museos o, en
el peor de los casos, a engrosar las listas del paro con prestaciones mínimas. También se ha dado la circunstancia de
que las condiciones salariales o de
horario empeoren cuando una empresa abandona y otra se hace con el
servicio, ya que se trata de una de las cuestiones valoradas en los concursos –la oferta económica-.
Llegados
a este punto, los trabajadores debemos reconocer nuestra falta de coordinación en el pasado para unir nuestras voces, reivindicar nuestros derechos y visibilizar nuestra profesión ante la
Administración y ante la sociedad,
que cuando acude a los museos, cuando atiende a nuestras explicaciones durante
las visitas guiadas o cuando asiste a nuestros talleres y actividades, desconoce en qué situación nos encontramos
o sencillamente da por hecho que somos funcionarios. Acostumbrados a poner el
foco en la historia y en el patrimonio cultural y natural del municipio, hasta
la fecha nos hemos olvidado de ponerlo sobre nosotros mismos. En este tiempo,
además, muchas personas han tenido que abandonar su puesto buscando un futuro
laboral mejor, aunque fuera a costa de renunciar a ejercer la profesión para la
que se han estado formando durante años.